El alcohol y las drogas alteran la expresión de nuestros genes y contribuyen al envejecimiento prematuro.
Hace unos días se publicó el artículo «El tabaco, el alcohol y otras drogas cambian nuestro epigenoma» (Arvers, 2022) donde se señala como las sustancias psicoactivas afectan a la expresión de nuestros genes a lo largo de la vida. El epigenoma es el conjunto de modificaciones epigenéticas que recibe una célula por impactos ambientales como la exposición a estreses nutricionales, tóxicos y psicosociales. La epigenética es la rama de la biología que estudia como la expresión de los genes puede reducirse o inactivarse de forma flexible y dinámica a lo largo de la vida.
Una prueba de la influencia ambiental sobre nuestra epigenética es como el abuso infantil altera las respuesta del sistema del estrés, aumentando el riesgo de suicidio (McGowan et al., 2009). Este sistema, junto con el de la oxitocina y el dopamina están relacionados con el apego y su alteración produce una mayor vulnerabilidad al desarrollo de adicciones (Strahearn et al., 2019).
El efecto epigenético del alcohol se asocia con los trastornos por consumo de alcohol y el síndrome de alcoholismo fetal. También se han encontrado variaciones epigenéticas en las personas que fuman y las que consumen drogas ilegales. Entre los genes que se ven afectados por el tabaquismo, algunos son especialmente importantes para el desarrollo de los bebés. Como conclusión, señala que es importante tener en cuenta el consumo de sustancias psicoactivas en la personas y parejas que desean tener hijos. Esta transmisión puede afectar a nuestros descendientes haciéndolos más vulnerables, pudiendo incluso, desarrollar una adicción.
En otro estudio “Consumo de alcohol y longitud de los telómeros: la aleatorización mendeliana aclara los efectos del alcohol” (Topiwala et al., 2022) realizado con una muestra muy grande (n=245.354 participantes del Biobanco del Reino Unido) se señala que el consumo de alcohol puede acortar la longitud de los telómeros. Estos se encuentran en los extremos de cada cromosoma y protegen el genoma de la degradación y la recombinación innecesaria. En cada división de la célula se pierde una pequeña porción acortando su tamaño y esta longitud afecta a la salud y el ritmo de envejecimiento. Este acortamiento tiene implicaciones directas en las enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer y el Alzheimer.
Desde hace años, los científicos debaten sobre los supuestos beneficios para la salud del consumo moderado de vino y como estamos viendo los estudios más recientes advierten de todo lo contrario, el consumo de alcohol reduce la esperanza de vida. Un reciente informe de la Comisión Europea también confirma que más del 10% de las personas que consumen alcohol padecen cáncer intestinal y de laringe. En el trabajo publicado en The Lancet (2022) se señala que los principales factores de riego a nivel mundial para las muertes por cáncer son el tabaquismo, seguido del consumo de alcohol y un IMC alto (obesidad). Como estamos viendo, los efectos del alcohol y las drogas es mucho más profundo de lo que se pensaba llegando a alterar nuestro epigenoma y el envejecimiento celular de todo nuestro organismo.
La Fundación Hay Salida ofrece un tratamiento completo para personas con adicciones y que, queriendo recuperarse, no disponen de recuroso económicos.
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Avers, P. (2022). Tabac, alcohol et autres drogues… Ils modifient notre épigénome. The Conversation.
GBD 2019 Cancer Risk Collaborators (2022). The global burden of cancer attributable to risk factors, 2010–19: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2019. The Lancet
McGowan, P. et al. (2009). Epigenetic regulation of the glucorticoid receptor in human brain associates with childood abuse. Nature Neuroscience, 12, 342-348.
Strathearn, L., Mertens, C. E., Mayes, L., Rutherford, H., Rajhans, P., Xu, G., Potenza, M., & Kim, S. (2019). Pathways relating the neurobiology of attachment to drug addiction. Frontiers in psychiatry, 10, 737. doi:10.3389/fpsyt.2019.00737.
Topiwala, A. et al. (2022). Alcohol consumption and telomere length: Mendelian randomization clarifies alcohol’s effects. Molecular Psychiatry.