Mindfulness en el contexto de las adicciones
El concepto de Mindfulness ha sido comúnmente traducido como “atención plena” o “consciencia plena”. Es una práctica que invita a la autoobservación, a prestar atención a las percepciones sensoriales, a las sensaciones del cuerpo, a los pensamientos e imágenes mentales, pero con curiosidad, sin juicios de valor, buscando conocer lo que está ocurriendo en ese momento. El objetivo es reconocerlo sin reaccionar, saliendo del “piloto automático” que generalmente dirige nuestras vidas y aceptando que las sensaciones, los pensamientos… no son más que eso: no nos definen y no deberían controlarnos.
En la Fundación Hay Salida realizamos prácticas guiadas en grupo, seguidas de una puesta en común de la experiencia. El fin es doble: además de fortalecer el vínculo con el grupo de terapia, se persigue tomar consciencia del estado interno gracias a la verbalización de la vivencia con la facilitación del terapeuta, promoviéndose siempre la aceptación, sin juicio ni interpretaciones. Se enfatiza la importancia de la práctica, independientemente de lo que ocurra en ella. El objetivo no es relajarse o tener una experiencia placentera, sino contactar con lo que está ocurriendo en ese momento. Aunque esta práctica guiada dura unos minutos también se les anima a aplicar la misma técnica en otras tareas de la vida cotidiana, con plena atención, con la finalidad de ir descubriendo cosas de uno mismo: reacciones, sensaciones… que, una vez identificadas, no deben tratar de eliminarse por la fuerza ni rechazarse en caso de no resultar agradables.
Es común en la adicción la evitación compulsiva del malestar, consumiendo sustancias o realizando conductas que impidan sentir lo desagradable. Por ello, consideramos que es importante incluir la práctica de Mindfulness en el tratamiento de las adicciones. Se trata de aprender a identificar que el malestar se encuentra dentro de uno mismo, en lugar de resistirse a sentirlo, defenderse (atacando) de todo lo que “molesta” o intentar “taparlo” con cosas externas.
Diversos estudios han aplicado Mindfulness en el contexto de las adicciones con resultados prometedores, no solo en cuanto a la prevención de recaídas sino también relacionados con la reducción de la sintomatología propia de la abstinencia, una mejora en la aceptación de la enfermedad, reducción de la ansiedad, cambios cognitivos y mejor regulación emocional. Con el entrenamiento en Mindfulness, uno comienza a darse cuenta de qué tipo de estímulos le hacen reaccionar, y de qué manera, empezando a tener así la oportunidad de decidir qué hacer en lugar de ser arrastrado por la situación.
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Bibliografía
Bowen, S., Chawla, N., y Marlatt, G. (2013). Prevención de recaídas en conductas adictivas basada en Mindfulness (1st ed.). Desclée de Brower.