Cómo afrontarla
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Cómo afrontarla
Quizás lo más difícil para abordar el tratamiento de la enfermedad de adicción es la asunción de enfermedad, tanto por parte del paciente como de sus familiares y entorno más cercano.
Una vez que el paciente entiende que está enfermo todo resulta más fácil, y más aún si sus familiares o personas cercanas también entienden que es una enfermedad.
Normalmente el paciente que acude a tratamiento no lo hace por iniciativa propia, sino arrastrado por personas cercanas y por sus circunstancias; cuando decimos coloquialmente que “ha tocado fondo”, el paciente ya presenta daños físicos, psíquicos, familiares y/o laborales importantes.
No es fácil entender que “la dependencia está en la sustancia, pero la adicción está en la persona”: la recuperación de la enfermedad de adicción va mucho más allá de “dejar de consumir”. Una vez desintoxicado de la sustancia o sustancias de las que el paciente es dependiente, es cuando realmente comienza el tratamiento de su enfermedad, la que le impide controlar sus emociones, sentimientos, su relación con él mismo y con los demás, su falta de autoestima, el no prever las consecuencias de su comportamiento… en definitiva, el no vivir bien. El tratamiento persigue desaprender lo aprendido de forma que el adicto recupere las habilidades personales, sociales y laborales perdidas o no desarrolladas a causa de su enfermedad. “No se trata de vivir sin drogas, sino de vivir bien sin drogas”.