Testimonio: Reconstruirse

Testimonio: Reconstruirse

Esa fue la primera palabra que escuché en mi primer día de terapia de grupo… Y ese es el camino en el que me encuentro a diario, en la lucha por conseguir transformarme en quien yo quiera o descubra que soy, en encontrar un “yo “que jamás ha aparecido, en ser capaz por primera vez en mi vida de RENDIRME…

Llegué a la Fundación en Julio de 2013, con mi último consumo reciente y con la cabeza absolutamente enloquecida… Siempre me negué a entrar en terapias de grupo a escuchar a nadie que no fuera mi camello o a aquellos que consideraba que no estaban a mi nivel…
Los principios nunca son fáciles para ninguno de nosotros, vienes de funcionar a tu manera y pretenden que hagas una rutina, que no valores nada, que no juzgues y sobre todo, que deposites tu recuperación y tu confianza en una serie de personas que, cuando llegas, parecen más una secta, que terapeutas dispuestos a dejarse horas y horas de terapia y teléfono para hacerte evolucionar en tu recuperación.

Como se dice aquí “hay que hacérselo fácil”… y con los meses entras en dinámica, te sientes parte de un grupo, de gente como tú, el único sitio del mundo, ni tu casa, ni tu familia, que sabe como sientes porque sienten igual…

Después de 8 meses y un tropiezo, que me dio la oportunidad de valorar aún más al grupo y a la Fundación, puedo decir que sin ellos no podría ni haber empezado, ni por supuesto rehacerme después del desliz… Me sentí más arropada que nunca, había que seguir adelante y que no había nada de lo que avergonzarse…

A día de hoy, siento una enorme gratitud hacia todo ese grupo de personas, profesionales o no, que nos tienden su mano a diario sin pedir nada a cambio, solo que pase lo que pase, por encima de todo, que no desfallezcamos. Sinceramente creo que no hay nada más noble que esto…

GRACIAS POR LA EXISTENCIA DE UN LUGAR QUE ME PERMITE DESCUBRIRME A DIARIO